y Pobre lémur de mi vida en la revista Periplo
https://issuu.com/revistaperiplo/docs/periplo_junio_11
La comunidad de los despechados
https://issuu.com/revistaperiplo/docs/periplo_febrero_2011
y Pobre lémur de mi vida en la revista Periplo
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La comunidad de los despechados
https://issuu.com/revistaperiplo/docs/periplo_febrero_2011
He visto un video de Mariano Blatt donde aparece la humedad. No es que la humedad exista. Afirmar a estas alturas que la humedad exista me parece algo innecesario, irrisorio. Todo el mundo sabe que las cosas dejaron de existir hace mucho tiempo, que dejaron un hueco y que ese hueco cada vez se hace más y más grande, como la humedad, y aunque no sabemos si estaba allí o si estaba en otro lado, seguimos con la costumbre de señalar un espacio cualquiera, un punto definido en el momento en el que hablamos pero realmente indefinido en el momento después, porque aunque decimos, mira, eso era la humedad, la humedad estaba allí, en realidad no está ahí, ni siquiera en el mejor de los casos, ha dejado de estar ahí o estuvo ahí, es que por más que sintamos nostalgia, dejó de existir, y cuando una cosa deja de existir simplemente no está. Por eso me ha emocionado ver a Mariano Blatt andar con su bicicleta hablando de la humedad sin saber que estaba hablando de la humedad. Para un habitante del desierto una imagen que ha sido creada para otra finalidad, posiblemente, para seducir a una muchacha o a un muchacho, para seducir a un profesor de literatura, para ganar el Nobel o para darnos gusto a nosotros mismos, también puede usarse para alimentar la nostalgia, para darle un poco de agua a su sed, de tal manera que la alimentamos para que no le pase como a la humedad o a la propia nostalgia y terminen por desaparecer.
Te hicimos una foto junto a aquel jacarandá
verde y frondoso con sus flores lilas
también por las baldosas de la casa.
Eras pequeño. En el respaldo de una silla
se sostiene un gorrión minúsculo
al que alimentaremos luego con pellizcos
de pan humedecidos en un vaso de agua.
Todo incipiente en el jardín de Proserpina.
Las manos de tu abuelo velan por tus pasos
diminutos. sonríe la belleza
en los ojos azules de tu madre.
Plena, como las olas de este mar cercano,
en ti se expande la verdad de aquel momento.
Mi compañero José Luis González publica en Edhasa su novela Caira, la Grecia olvidada, y me ha pedido que le presente la novela lo que ha sido una sorpresa que he intentado corresponder con toda la pasión de la lectura de su libro y de la amistad que nos uno. Contamos con la participación de Ana Ortega que puso voz a Caira.
Para conmemorar el día del libro en el IES Alquibla organizamos un acto con escritores vinculados con el centro. En mitad de todo, coordinando el acto Ulises Manzano y yo. Todo se grabó para un programa doble de RadioActiva del IES Alquibla coordinado por la profesora Elisa Mercado. Participaron los escritores Julia Espinel, María Sánchez Saorín, José Luis Fullea y José Luis González. No pudo asistir al acto, por motivos familiares, el novelista Rafael Balanzá.
Invitado por mi amigo Christian Nieto participé junto a Anabel Úbeda y otros poetas en una lectura en honor a Federico García Lorca el 13 de abril. Allí me encontré con algunos antiguos alumnos de mi mujer de los años en los que trabajó como profesora de Lengua y Literata en el IES Doctor Pedro Guillén de Archena.
El club de lectura estaba interesado en saber qué era eso de publicar un libro de poemas. Así que nos pusimos manos a la obra. La actividad fue el miércoles 6 de marzo a séptima hora y me presentó Nuria, que me conoce bien.